Hans Klok y Pamela Anderson

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En esta nota, un periodista de Broadwayworld.com critica duramente a Hans Klok y su show. Desde el punto de vista de la crítica de Las Vegas hacia un “recién llegado» a la ciudad y en cierta forma por el exceso de querer ser “hollywoodense». Realmente los críticos del mundo del entretenimiento pueden ser bien crueles, hay que reconocerlo, te guste o no la magia de Klok.

“Mi nombre es Hans Klok. Es un nombre alemán. Significa”¦ ”˜reloj» (igual que clock en inglés).

Y eso, desafortunadamente, es todo el nivel de ingenio que obtienes en “Hans Klok: The Beauty of Magic.» Si el show tuviera un contenido más diverso, el nivel de agudeza no importaría. Pero, ya que no lo tiene, un miembro de la audiencia tiende a juzgar todo elemento de la noche en forma separada.

Por ejemplo, la nueva decoración del teatro es hermosa. Las pantallas de video en los costados del escenario están inteligentemente puestas pareciendo espejos sostenidos en una mano humana, agregando la sensación de que la magia es todo humo y espejos.
Y a muchos miembros de la audiencia se los escuchó opinar que este show es “sobre el cabello». Sin embargo, la melena rubia de Klok no es informal. Uno tiene la sensación de que está buscando financiamiento de Paul Mitchell o Vidal Sassoon o, en este caso, que “La belleza de la magia» está toda en el cabello del mago.

Klok es conocido como “el David Copperfield de los Países Bajos». El dice que empezó como un mago pero ahora es un ilusionista (si es así ¿por qué no llamó a la noche “La belleza de la ilusión»?). Sea lo que sea, su acto es confuso ”“una mezcla de la misma ilusión básicamente, hecha una y otra vez con diferentes toques.

Por alguna razón Klok agrega un coro de cantantes y bailarines muy capaces quienes hacen un par de números grandes. Usa parte del show para retroceder el reloj (“¿Klok?») para narrar su introducción a la magia, una introducción hecha por su padre. Hacia el final, hay actores que hacen del niño Hans y su papá. Esas escenas son, probablemente, las más agradables del show y singulares en la magia de Las Vegas, pero su narrativa, desafortunadamente, se pierde entre los cantantes, bailarines y asistentes variados.

Hablando de lo cual, en la última parte del show Pamela Anderson es su asistente. (Ella reemplazó a la originalmente anunciada Carmen Electra quien supuestamente tenía una cláusula en su contrato prohibiendo coreografías que la hicieran transpirar o causaran que su cabello se pegue a su brillo labial). Tenerla allí es una excelente forma de marketing. Ella brinda una conocida cantidad de público que probablemente no tiene idea de quién es Hans Klok. Pero no agrega nada al show, parada y posando linda y provocativa mientras Klok hace las cosas.

El es, sin duda, talentoso pero en esta ciudad, donde hay más magos/ilusionistas de los que puedes sacudir con una varita, cualquier recién llegado necesita un maletín mejor para sus dones. Una vez que eso se cumpla, todo lo extra (cantantes, bailarines e, incluso, el pin-up de Hollywood) podría no ser necesario.

Las pocas ilusiones que vemos nos llevan a creer en la gente holandesa que sabemos que delira con Klok y sus dones. Sólo deseamos que estén más en evidencia aquí en Las Vegas.

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