La sombra sabe

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Este truco de magia develado fue publicado originalmente por Peter Marucci y traducido por Blog de Magia con permiso del autor y

“¡La sombra sabe!»
A finales de la década del 30 y casi toda la década del 40, esta frase hubiese sido entendida por todos.
Fue la época dorada de la radio y sus radioteatros (los disc jockeys, programas hablados y las sesiones de música para menear la cabeza sin parar eran aún cosas del futuro).
A finales de julio de 1930, la siniestra voz de La Sombra (The Shadow) atacó por primera vez los hogares norteamericanos desde la radio.

Al principio, La Sombra era simplemente un contador de cuentos que promovía las historias de la Revista de Novelas de Detectives.

Y así fue por varios años.

Luego, en septiembre del 1937, después de una interrupción de unos dos años, La Sombra reapareció en la radio, con Orson Welles actuando. La Sombra ya no narraba sólo historias criminales. Ya era un detective real llamado Lamont Cranston, de renombre en el pueblo.

Margot Lane era su compañera en una relación un tanto ambigua. De todas maneras, ella era la única que sabía que La Sombra y Cranston eran la misma persona.

La Sombra ahora tenía poderes hipnóticos para «nublar la mente de los hombres», podía hacerse invisible para los que lo rodeaban y tenía poder telepático para leer las mentes.

Welles tuvo el rol de La Sombra hasta marzo de 1938; era el programa de radio más escuchado del momento.

Con diferentes actores que hacían el rol de La Sombra, el show duró hasta el 26 de diciembre de 1954.

El show dio a luz varias frases pegadizas: «¿Quién sabe qué males se elucubran en el corazón del hombre? ¡La Sombra sabe!» seguida por una maligna carcajada; y el famoso: «La hierba del mal tiene frutos amargos.»

Por más de dos décadas, todos los escuchas sabían que La Sombra estaba luchando contra el crimen y haciendo del mundo un lugar más seguro.

Pero para los que son demasiado jóvenes y se perdieron a La Sombra en la radio, tenemos a nuestra propia Sombra aquí mismo (el mago muestra ambos lados de una carta en la que hay un dibujo de una figura misteriosa -una carta en blanco con una figura pegada- o simplemente el jocker).

Y, debido a que a La Sombra no le gusta hacer su trabajo a la luz, este tarjetero esconderá a La Sombra (el mago muestra ambos lados de un tarjetero; dentro, un lado es opaco y el otro transparente. El mago introduce la carta boca abajo en el lado opaco, sólo se ve un poquito del borde.)

Ahora, no vamos a pedirle (al espectador) que cometa un crimen para mostrarle que La Sombra todavía «sabe hacer lo suyo». No, le pediré algo mucho más simple; sólo elija una de estas cartas para hacer un test. (el mago deja seleccionar libremente una carta y la selección es libre.)

Mire la carta, recuérdela y luego introdúzcala -boca abajo para que yo no pueda verla-, en el tarjetero debajo de La Sombra y cierre el tarjetero.

(El espectador lo hace y el mago muestra ambos lados del tarjetero cerrado; es obvio que nadie puede ver qué carta está escondida adentro).

(Luego de algunos segundos de “trabajo psíquico» y sosteniendo el tarjetero cerca del oído, el mago es capaz de revelar el nombre de la carta, ya que ¡La Sombra se lo dijo!

Desarrollo:
¡Esta es una rutina adorable, suficientemente liviana y suficientemente bizarra!
Necesitarás un mazo de cartas, un jocker (o una carta blanca con una figura de La Sombra pegada en el frente) y un tarjetero ligeramente trucado.
Puedes obtener el tipo adecuado de tarjetero, de plástico blando en la mayoría de las tiendas de imprenta.
Cuando lo abras, verás que uno de los lados, para guardar tarjetas comerciales, es opaco, mientras que el otro es transparente.
Tendrás que hacer un pequeño corte en la parte de afuera del tarjetero, así que coloca un trozo de cartón en el lado opaco para que no te pases con el corte.

Abre el tarjetero y ponlo en una superficie plana; el cartón estará en la parte opaca. Con la bisagra en el medio y la parte opaca a la derecha, haz una incisión diagonal en la esquina inferior derecha desde el extremo derecho hasta abajo. Debería ser sólo lo suficientemente grande como para que cuando se pongas una carta en el lado opaco boca abajo, el índice de la carta pueda introducirse en el corte y ser visible desde afuera (el corte deberá ser de aproximadamente una pulgada y media de largo).

Como el tarjetero es de plástico blando, el corte no será visible, incluso desde cerca.
Muestra el joker y relata la historia de La Sombra. Pon el joker en el tarjetero, boca abajo, asegurándote de que la esquina se deslice por la abertura y que sea visible desde afuera.

Pon el tarjetero en la mesa, cerrado y con el lado que muestra la esquina del joker fuera de la vista (¡por supuesto!).

Deja que el espectador seleccione una carta y pídele que la deslice dentro del tarjetero, boca abajo y bajo el joker.
La carta se deslizará, por supuesto, dentro del tarjetero y el índice será visible para ti desde afuera.
Muestra el tarjetero casualmente, abierto y cerrado, resaltando que no hay manera de que alguien pueda espiar la carta elegida. Por supuesto, mientras dices esto, estás haciendo justamente eso: espiando la esquina de la carta elegida que se puede ver de un lado del tarjetero; mantienes este lado mirando hacia ti cuando el índice no está cubierto por tu pulgar.

Otros pensamientos: de interés para los magos pero, probablemente para nadie más, es el hecho de que la mayoría de las historias de La Sombra fueron escritas por Walter Gibson; se ha reportado que ha escrito para el show un millar de palabras por año durante diez años. De hecho, su obra es mucho más grande que eso. Escribió alrededor de 300 libros de La Sombra. Su «nom de plume» era Maxwell Grant.
También escribió mas de 100 libros de magia, mentalismo y fenómenos psíquicos; y escribió libros para Houdini, Thurston y Blackstone Sr.

Peter Marucci (Showtimecol@aol.com)

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