Magos Callejeros
Leyendo el articulo de “El retorno del mago» reflexioné acerca de cómo es la magia en la India.
¿Por qué se dice que la magia de escenario corre peligro?
Al parecer, el dato más antiguo que se ha encontrado sobre la magia nos lleva a Egipto, en plena era faraónica de Keops.
Un mago llamado Dedi conseguía asombrar al faraón en una actuación en el palacio de piedra de Menfis realizando una espectacular hazaña: fue capaz, por medio de sus gestos mágicos, de lograr que un ganso decapitado caminase con su cabeza colocada otra vez en su lugar tras mostrar ésta en su mano separada del cuerpo.
Se piensa que los juegos de cubiletes proceden de esa época y lograron extenderse por todo el mundo en el siglo I D.C.
En la Edad Media, el público de pequeñas ciudades y pueblos tenia acceso a la magia gracias a los magos callejeros quienes viajaban como acompañantes de un grupo de arte escénico (circense o teatral) o de forma independiente como ilusionistas ambulantes.
Estos trotamundos, recorrían los caminos polvorientos y enfangados llevando al publico su magia. Juegos como la cuerda rota y recompuesta ya se representaban en las plazas, así como también los famosos cubiletes que representaban también los malabaristas y titiriteros de China.
En 1890 nos llegan noticias de Oriente gracias al diario Chicago Tribute donde se publica un reportaje sobre un hecho insólito que se podía llegar a ver entre las exóticas calles de la India.
Se trataba de un fakir que lograba que una cuerda aparezca bailando al son de su flauta, ascendiendo hasta quedar completamente rígida en posición vertical.
Después, un niño, abrazándose a ella, conseguía trepar por la misma hasta perderse de vista al final de su extremo.
El fakir trepaba tras él armado de su espada, corriendo la misma suerte.
Los ojos atónitos del público, observaban cómo empezaban a caer miembros del cuerpo del niño llenos de sangre dentro de una cesta que reposaba en el suelo.
De pronto, unos pies se asomaban poco a poco haciéndose cada vez más visibles junto con las demás partes del cuerpo, era el fakir que descendía por la cuerda.
Tras pisar tierra, tomaba la cesta entre sus brazos y de un vuelo lanzaba el contenido en el suelo, no obstante, lejos de aparecer manos, dedos y piernas del pobre niño…. salía éste en perfecto estado caminando.
Existe constancia que este mismo efecto era realizado en Hangzou (China) en el año 1346, pero sirve para llevar a nuestra mente la imagen del fakir, un personaje rodeado de misticismo inmerso continuamente en su profunda meditación gracias a la cual consigue no percibir ninguna sensación dolorosa al atravesar su cuerpo con objetos punzantes o tragar espadas, que sirven como atractivo turístico. No pasan desapercibidos para nosotros y se pueden llegar a ver como sketchs televisivos en programas de impacto, acompañados de otros videos que muestran los espectaculares accidentes en las carreras de coches o el del niño que tiene como mascota una boa.
Prueba de ello es el reciente revuelo que ha levantado Ramana en el mundo occidental apareciendo como noticia en todas las cadenas del mundo.
En la India existen magos callejeros como Chan Baba que han aprendido ilusionismo como un oficio trasmitido de padres a hijos, el es fruto de dos generaciones previas de magos callejeros en su familia, y tiene ya mas de 80 años!
Hindúes y turistas curiosos rodean a los magos/fakires asombrándose con sus juegos y proezas; los cuales esperan recibir de ellos una propina que refleje cuanto se han divertido al ser, para algunos, su único medio de subsistencia.
Vuelven a estar presentes los cubiletes sobre una improvisada tela que hace de tapete expuesta en el suelo ante el mago que se sienta en cuclillas al lado de ella, desapariciones de escorpiones y transformaciones de ladrillos en peligrosas serpientes que hipnotizan con su sinuoso baile al reptar; se reciben con aplausos y sonrisas del publico asistente.
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La magia para ellos es un medio que les permite despertar cada día y quizás, por las condiciones precarias en las que viven, aspiraciones tales como actuar sobre un gran teatro se ven menguadas o flaquean por la impotencia que sienten al ver que son incapaces de ofrecer el toque de espectacularidad, ambientación, y encanto que se puede lograr con: luces, colores, sonido, humo, publicidad….
Ellos no pueden competir por ser incapaces de hacer desaparecer el Taj Mahal como hizo Sorcar Jr.
No es como el mago aficionado pudiente, que en su andar, puede llegar a presentársele la oportunidad de actuar de forma oficial, de forma eventual; el puede permitirse el lujo de dedicarse enteramente al estudio de la magia despreocupándose de la necesidad perentoria de actuar cada día incluso más de 8 hs. repitiendo los mismos números que ya hacía su abuelo tiempo atrás.
Se puede llegar a repudiar por sentir vergüenza, temor, a un hijo que decide aprender magia: “mi hijo quiere ser un payaso!», «VAS A LIMOSNEAR EN CALCUTA?»; siendo la comidilla del pueblo como sucedía en España en pleno siglo XX cuando los magos aficionados se contaban con los dedos y muchos de ellos se han convertido en grandes profesionales y artistas de renombre en nuestros días…pero han tenido que pasar muchos años para conseguirlo.
Ella.
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