Un viaje de vuelta a la oscuridad:

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Este artículo de Scott F. Guinn fue traducido y es publicado con permiso del autor y

Crecí viajando alrededor del mundo desde pequeño. Pude experimentar la antigua Europa y su transición a la modernidad, conocí a Alaska y su naturaleza remota que requiere de una gran fortaleza espiritual para sobrevivir, los Estados Unidos como un vasto crisol de diferentes comunidades que parecen cada vez más distantes entre sí y mucho más. Un cosa ha captado mi atención, lo que es difícil cuando sufres de déficit de atención, y es que la magia que he encontrado en todos los lugares visitados que me han llevado a un gran ineterés y amor hacia todo lo que sea fuera de lo ordinario.

Cuando entré en mis 20, me presentaron a un mago con el que trabajé en el servicio militar. Él notó mi interés en su trabajo y me preguntó si quería ser su aprendiz. Acepté inmediatamente por supuesto, tuve de esos kits de magia desde que era pequeño pero nunca había tenido la oportunidad de aprender con un verdadero mago.

Ken era un gran artista. Veía la reacción de mis compañeros de trabajo antes sus trucos y escuchaba como trataban de dilucidar la lógica tras sus trucos. Estudié un año y medio con Ken, que me presentó a los dueños de la tienda de magia del lugar quienes lograron que comenzara a actuar en pequeñas fiestas y se aseguraron que tuviese los gimmicks necesarios para mis rutinas. Él era un buen intructor de quien aprendí mucho, de todas maneras había algo que faltaba.

Mientras pasaban los años, no me hice tiempo para mejorar mi presentación. Estaba todavía tratando de ver que faltaba de lo que me había enseñado Ken. Seguí actuando y realizando pequeños trucosa para mi familia y amigos por lo que mi relación con la magia seguía decreciendo. Visitaba tiendas de magia y miraba los trucos más nuevos y tecnológicos y me maravillaba viendo videos de shows. Pero, nunca dejé mi anhelo de practicar este arte.

Hace casi 6 meses atrás, comencé a ver de una manera más comprometida la posibilidad de retornar a la práctica activa. Hice la búsqueda en internet necesaria, encontré una buena tienda de magia en línea y me adherí a algunos foros de magia a los que visito asiduamente. Allí es cuando la realidad me golpeó. Fue una revelación, una epifanía en realidad ya que cambió mi acercamiento al arte y hasta he recibido felicitaciones por mi cambio significativo en la manera que realizo el show y como lo reciben los participantes.

¿Qué era lo que faltaba antes? Para responder eso, primero quiero decir que con ésto no estoy subestimando a ningún mago, sólo digo que no funcionó para mí. Como todo en la vida, ésto es un viaje personal… y en mi caso espero que sea un viaje que tenga un efecto positivo en otros.

Para responder la pregunta, noté que los trucos mágicos, y los gimmicks que los acompañan se han convertido en el foco del show, la culminación del truco es la culminación de la historia. Volviendo a mi viejo mentor me doy cuenta de que era verdad, incluso en ese momento, que la cuerda invisible, las bolas de esponja, los magnetos y demás se han convertido en el eje de la magia, incluso en el mentalismo. Y viendo a los shows de los magos más renombrados te darás cuenta de que es verdad, he notado que incluso la presentación, los gestos y gesticulaciones giran sólo alrededor del truco en sí. Estaba viendo la presentación de un mago muy conocido que realizaba un truco de flotación/vuelo y todo estaba centrado en el acto mismo. Para mí, ésto comenzó a lucir ridículo más que místico. No me malinterpreten, este mago es muy exitoso, pero de todas maneras logró solidificar la idea que rondaba en mi cabeza.

Lo que decidí es que quería que cualquier tipo de magia, mentalismo o prestidigitación fuese secundaria a la historia, que le diese sustento si quieres. En resúmen quería eso, quería un show donde la gente se relacionara en un nivel más íntimo y que fuese acentuado con sorpresas mágicas que reforzarían la historia.

Para ser efectivo, primero debía identificar a mi personaje, mi alter ego. Este alter eso podía o no compartir mi mismo nombre, podía aparecer por sólo 15 minutos o por una hora y podía o no parecerse a mí, pero a fin de cuentas es sólo eso, un acto de creatividad e imaginación.

Más aún, determiné que debe haber una historia que guíe el desarrollo del acto, la razón para que el personaje se acerque o haga algo con una persona. Para facilitarlo, creé una historia artificial para ese personaje lo que genera interés en ciertos aspectos de la «magia»: vudú, mentalismo, espiritualismo y lo bizarro. Con eso en la cabeza, encuentro oportunidades para inyectar esas ideas en mis personajes y darles una coherencia para ser usados en situaciones diarias. como he dicho antes, las reacciones que he recibido por parte de la audiencia ha sido fenomenal.

A esta altura de mi vida y de mi desarrollo, he encontrado otros artistas ya siguieron el sendero que yo ahora he decidido transitar, personas como Tony Corrinda, Docc Hilford, Craig Browning, personas que que realizan un show artístico que involucra emocionalmente a las personas a través del uso de efectos mentales, trucos y gimmicks y eso es precisamente lo que quiero hacer.

Mientras pienso en el futuro, tengo objetivos que cumplir, uno a corto plazo que es realizar un show para Halloween de este año a la manera de “At the Mountains of Madness.», el show de Hilford, espero que se unaan a mi en el futuro para ver donde desemboca este viaje de descubrimientos y exploración donde compartiré mis pensamientos, triunfos y fracasos.

Steve Osborne soosborne@taaku.org

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