Un manual de magia olvidado contiene código Da Vinci original
Después de descansar casi intocado en lás bóvedas de una universidad de Italia por 500 años, un libro sobre artes mágicas esrito por el mejor amigo y maestro de Leonardo Da Vinci ha sido traducido al inglés por primera vez.
El texto mágico más antiguo, De viribus quantitatis (Sobre el poder de los números) fue escrito por Luca Pacioli, un monje franciscano que compartió habitaciones con Da Vinci.
Fue escrito en italiano por Pacioli entre 1496 y 1508 y contiene la primera referencia a trucos de naipes así como una guía sobre cómo barajar, tragar fuego y hacer danzar a las monedas. También es el primer trabajo que remarca que Da Vinci era zurdo.
Aunque el libro ha sido descripto como la “fundación de la magia moderna y los rompecabezas numéricos», no fue publicado y ha languidecido en los archivos de la Universidad de Bologna, visto sólo por un pequeño número de escolares desde la Edad Media.
La transcripción ha tomado ocho años, involucrando a varios traductores y costó miles de euros. William Kalush, un mago y el fundador del Centro de Investigación de las Artes de Conjura de Nueva York, quien financió el proyecto, dijo: “Este libro es el primer manual que se refiere, especialmente, a la enseñanza de cómo realizar magia. Los orígenes de los métodos de la magia se remontan al menos al siglo uno, pero este libro no sólo enseña los métodos sino que también echa un vistazo a cómo podrían realizarse con un punto de vista de entretenimiento de audiencias.»
El libro fue redescubierto luego de que David Singmaster, un matemático, encontró una referencia al mismo en un manuscrito del siglo 19. “Es la fundación no sólo de la magia moderna, sino también de rompecabezas numéricos también», dijo.
Los trucos en el texto mágico incluyen cómo escribir una oración en los pétalos de una rosa, lavar tus manos en plomo fundido y hacer que un huevo camine a través de una mesa (“los plebeyos lo considerarán un milagro»). El libro contiene algunos de los primeros ejemplos de rompecabezas numéricos europeos, que son similares a los impresos en los periódicos de hoy, como el Sudoku.
También hay un diagrama de un rompecabeza de una pieza móvil que fue la versión medieval del cubo mágico (Rubik).
Los expertos creen que este libro dotará de una gran comprensión de la historia de la magia así como detalles de la vida y trabajo de Da Vinci. Carlo Pedretti, un historiador de art, estudió el texto original italiano en Bologna en 1954. Dijo: “Es un documento muy importante. Muestra cuánto le gustaban a Da Vinci los juegos y los trucos (pero sólo si tenían fundamentos científicos).»
Pacioli nació en Toscania en 1445 y fue un tutor de matemáticas viajero. A menudo se lo llama el padre de la contabilidad moderna porque su libro: “The Summa» (1494) contiene la primera descripción publicada de un libro de registro de doble entrada, técnica contable básica.
Vivió con Da Vincii en Milán desde 1496 por varios años y enseñó matemática y geometría al pintor, científico e inventor. Ellos colaboraron en muchos proyectos.
En el libro mágico, Pacioli explica una técnica para esribir en código, que puede haber sido inspirada por Da Vinci, quien al ser zurdo a veces escribía al revés, haciendo que las palabras sólo pudieran ser descifradas con el uso de un espejo.
No hubo agregados originales a este trabajo y Pacioli mismo lo llamó un compendio.
Aunque Da Vinci era un erudito interesado en todo, desde el arte a la anatomía y Pacioli era un hombre obsesionado con las figuras y la lógica, algunos creen que ambos estaban encantados por la magia de los números.
El libro de magia fue escrito en una época donde la gente era quemada en la hoguera por brujería y en el manuscrito Pacioli parece querer desmistificar las artimañas y probar que se trataba más de prestidigitación que de poderes sobrenaturales.
The magic book was written at a time when people were burnt atthe stake for witchcraft, and in the manuscript Pacioli seems towant to demystify trickery and to prove it was more about sleightof hand than supernatural powers.
Fuente: The Sydney Morning Herald, 11 de abril, 2007
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