Entendiéndose

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Esas definiciones intervienen en nuestra interacción personal con los que comparten nuestro arte de una manera parecida a esta: “Ah, tal y tal es un llenen-el-espacio-con-el-tipo-de-insulto-mágico-favorito». La indicación escénica para eso tendrá una sonrisa sarcástica agregada antes y después del espacio. Y la escisión se agranda cuando estas definiciones, nacidas de la estupidez estereotípica, se renuevan.

No puedo ser el único que se ha sentado en un show mágico de 45 minutos, aburrido hasta las lágrimas, mientras el mago hacía su actuación robóticamente y con tanto contenido emocional como una lata de desinfectante. Díganme que nadie ha sido testigo de las rutinas hilarantes al extremo de quedar exhausto, de un buen mago clown. Y no puedo ser la única persona en el planeta que todavía aprecia el contacto de la lectura mental de algunos mentalistas que crean el suspenso de manera tan fácil y natural como respirar. Por supuesto, estoy seguro de que no sólo yo me he quedado estupefacto cuando un mago desplegaba tantos milagros con un movimiento de su mano. Y estoy seguro de que otros han escapado gritando ante el sonido y el chillido de los globos en las manos de un mago amateur al querer hacer algo de globología. Y seguramente varios se han aburrido hasta las lágrimas con una rutina de Q&A hecha por un inepto.
El hecho es que hay buenos y malos artistas. Hay estilos mágicos que nos llegan y otros que no. Siempre habrán buenos y malos en nuestro arte, porque nuestro arte es una expresión de la condición humana como la vemos y siempre encontrará desaprobación y desacuerdo. Eso, también, es parte de la condición humana. Como mis amigos de la adolescencia, cada uno tiene su opinión.

Debido a esas definiciones tendenciosas que creamos, somos superiores a alguien porque su estilo no es el nuestro, porque ellos actúan de una manera que no nos llega, eso es llanamente estupidez. Usar términos como «mago», «mentalista» o «bizarrista» como un insulto, es una idiotez de una gran magnitud. Piensa en términos de un «Twinkie» (una golosina estadounidense) de aproximadamente 300 pies de largo y que pesa 2,5 toneladas.

Y si piensas de esa manera, hermano, sigue haciéndolo. De mi parte, no vas a obtener una respuesta a lo Rodney King («Can’t we all just get along» – no podemos simplemente llevarnos bien). Vive en tu pequeño mundo lleno de odio y estupidez junto con otros que comparten tu punto de vista. Mira desde arriba a todos aquellos que no estén en tu pequeño campo. Para mí está bien. Continúa, complace tu pequeño ser todo lo que quieras!

Yo y muchos otros dejaremos de lado esas cosas y aprenderemos de cada uno lo más que podamos. Miraremos aquello de lo que hace un mentalista que pueda ser provechoso para un mago y, por otra parte, aprenderemos de cada uno de nosotros sin preocuparnos sobre algo tan tonto como alguien que es «x cosa».

¡Podría pasar! O, como decían mis amigos de la adolescencia, yo quizás estoy loco, alucinado o, simplemente, equivocado.

Pero todavía prefiero a Catherine Bach sobre Cheryl Ladd. Lo siento, Cheryl.

Shane (shane@online-visions.com)

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