La presentación lo es Todo

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Este artículo de Marc Hearn fue traducido y es publicado con permiso del autor y

El otro día estaba almorzando con un grupo de 6 personas en un famoso restaurante local de comida Tex Mex cuando el dueño, el señor Martínez, que tiene 84 años de edad vino y se sentó con nosotros. Nunca había hablado con él, pero la gente que estaba conmigo lo conocía bien. Ellos sabían que yo soy un mago amateur y cuando me dijeron que el señor Martínez tenía varios efectos que hacía para sus invitados «especiales» sabía que tenía que verlos. Hizo un par de trucos de cartas que eran buenos, especialmente considerando su edad.

Para el gran final, dejó la mesa y volvió con dos copas grandes de Margaritas, las colocó frente a él y se sentó en la cabecera de la mesa. Tomó doce trozos de papel y nos dio dos a cada uno de nosotros, luego nos dio instrucciones de poner los nombres de las personas que quisiéramos en los trozos de papel. Lo hicimos y doblamos los papeles, los pusimos en una de las copas de Margarita y la fuimos pasando alrededor de la mesa.
Cuando la copa volvió a él, sacó una papel todavía doblado de la copa y dijo el nombre que debía estar dentro del papel. Dijo que no siempre acertaba con el primer papel, pero si no acertaba el segundo papel, ya era porque la magia no estaba funcionando. Sacó el segundo papel y dijo «Mary», miró el papel y se agarró la cabeza mostrando el papel y mostrando que había acertado. Lo dobló y lo puso en un vaso vacío. Nos sentamos ahí, cada uno sabiendo el nombre que había escrito. Sacó el papel siguiente y leyó el nombre «Jill» antes de abrirlo y volver a menear su cabeza y ponerlo en el vaso. Miró con desconcierto al ver que no recibía ninguna reacción de nosotros y nos dijo que debíamos decirle si lo que estaba adivinando era correcto. la persona que había escrito «Jill» respondió que sí con excitación. Desde ese punto estábamos cada vez más maravillados mientras decía los nombres y nosotros aprobábamos su «habilidad psíquica». Luego de haber dicho todos los nombres, abrió el primer papel y dijo que había estado bastante cerca con su primer adivinación. En este punto nos habíamos olvidado del primer nombre porque estábamos obnubilados con sus poderes psíquicos.

Cuando volví de almorzar, estaba maravillado con su habilidad y dije que no tenía idea de cómo había hecho la ilusión. Les conté a mis conocidos que él era increíble y cómo me había engañado totalmente. Pensé que, quizás, las copas estaban trucadas de alguna manera en que le dejaba ver las respuestas reflejadas. Volví a su performance una y otra vez esa noche y me di cuenta de que había usado la técnica del «one ahead» (uno adelantado) para lograrlo. Nunca dije una palabra a mis amigos sobre esta técnica, pero pensé lo maravillosamente presentado que estaba un truco tan simple. No soy un experto y no hago mentalismo. Este debe ser uno de los trucos mas viejos en el libro de los mentalistas, pero me engañó de seguro.

El título de este artículo, «La presentación lo es Todo», realmente habla sobre el esfuerzo del señor Martínez en presentar el truco de manera correcta, basado en el número de personas en la mesa, la posición de las sillas, los objetos usados, etc. Fácilmente él podría haber puesto los papeles en la mesa frente a él y hacer el truco. Con menos personas el truco quizá no hubiese salido tan bien. Su presentación era elegante al usar copas de Margarita y su manera de menear su cabeza cuando acertaba un nombre. Pienso que su presentación nos enseña a pensar cómo hacemos lo que hacemos. He aprendido a poner mucho más esfuerzo en los efectos más simples. Es la historia que rodea al truco lo que atrae a la gente, no el nivel de las habilidades del mago. Obviamente, hay que tener talento, pero yo voy a dejar de buscar “el mejor truco» y voy a concentrarme en aquellos que hago bien pero a agregarle énfasis a mi presentación. Con suerte me podré convertir en el señor Martínez alguna vez.

Marc Hearn (marchearn@comcast.net)

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