La Historia Sin Fin

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Este artículo de Michael Jay fue traducido y es publicado con permiso del autor y

Tyler Wilson era desconocido para mí hasta que leí su devastador libro «Dominatricks» (www.online-visions.com/reviews/0608dominatricks.html). Tan pronto como vi la cubierta, supe que este Wilson tenía mi sentido del humor. Leyéndolo, me enamoré de su estilo de escribir entretenido («entretenido» suena mejor que «filoso» ¿no?). También sabía que quería que escribiese para Visions. Tyler accedió. Creo que te fascinará la manera de pensar de Tyler como a mí.
Shane.


Me parece apropiado comenzar mi primera columna discutiendo el final.

Un tema intrigante común y, por lo tanto, uno al que todos se refieren frecuentemente, es el de cómo acercarse a la audiencia para realizar magia. ¿Qué decir? ¿Cómo decirlo? ¿Qué es ese olor?, Bastante simple, ¿cuál es la mejor manera de comenzar un set?

Esta columna no hablará de ninguno de estos temas. En cambio, intentará abrir nuevos campos a explorar para finalizar un set. Vengan conmigo al viaje. Les garantizo que nunca se divertirán tanto diciéndole a la gente que se vaya.

La práctica típica de «parting ways» es simplemente una técnica usada para decir adiós después de la última rutina e irte. Si estás actuando en un restaurante, agradecerles por venir e informarles de cuándo pueden verte de nuevo también es muy estándar aunque, seamos honestos, es medio aburrido. Has perdido energía y tiempo convenciendo a estas personas de que eres divertido y a la vez misterioso, así que ¿para qué estropearlo con un adiós flojo?

Una solución que he desarrollado para lidiar con el “cómo terminar» es simplemente no hacerlo. Exacto, no termines tus actuaciones. Usa la fase infame: «continuará», para dejar a la audiencia al borde de sus asientos.

Déjame darte un simple ejemplo de lo que digo:

Tú dices: «Voy a hacer una última cosa, pero le prometo que va a ser el evento más increíble que haya visto en sus vidas. Elija una carta.» (lo siento, acabo de largar una carcajada al ver lo increíblemente fuera de lugar que queda la frase «elija una carta» antecedida por la primera frase). Haz que un espectador elija cualquier carta de un mazo, que la muestre a la audiencia, y entonces, cuando está a punto de devolverla al mazo, guarda las cartas en su envase diciendo: «Continuará». Dile que guarde la carta hasta la próxima vez que te vea actuar. Si ese punto llega a darse le pedirás que te devuelva la carta y terminarás de hacer el acto más sorprendente que él haya visto en su vida.

Les he dado apenas un mera idea de qué hacer. Los llamo a que ustedes elaboren una idea por ustedes mismos. Mientras tanto, dejen expandirme en un par de beneficios de usar este método.

-Sigue el antiguo adagio del mundo del espectáculo «déjalos pidiendo por más». Dejas un truco sin terminar, una promesa sin cumplir, un recordatorio físico para continuar desde donde uno dejó.

-Si actúas en un restaurante, estarás acostumbrado a la muerte súbita de tu actuación debido al arribo de la cena. Este esquema permite un corte abrupto y un fin cuando aún se mantiene el control del show.

-Cuando uno de la audiencia vuelva con su carta (y lo van a hacer), vas a estar trabajando, seguramente, con una baraja diferente, lo que significa que va a haber una carta igual a la elegida en el mazo. Hay una tonelada de trucos que se pueden hacer en esta situación, por lo que sería poco inteligente no usarlos en una ocasión así. Sólo piensa en eso, tu espectador trae una carta por lo que puedes sacar un mazo nuevo y hacer un truco; ¿se puede pedir mas?

-Empezar una rutina con la carta de un espectador ya puesta en juego elimina totalmente el talón de Aquiles de cualquier truco de este tipo: la elección de la carta. Entonces ¡BUM!, ya estás por el buen sendero.

-Tener una carta traída por un espectador es un certificado de alguien que dice que ya estuvo en el show y pasó un buen momento, por lo que ya tienes una relación con ellos y lo puedes usar de tabla de medición para tus actuaciones.

-La reacción más vista luego de yo decir «Continuará» (especialmente de adultos) es una gran sonrisa seguida de un «GENIAAAAL!». Me sorprende cuán seguido la gente tiene la misma reacción.

Ahora saquémonos los espejitos de colores y veamos los problemas que puede presentar esta idea:

A) El principal problema que he encontrado desde la primera vez que hice este final, es que me sentí tremendamente incómodo, debido a que uno está acostumbrado a terminar con un gran truco, por lo que uno no se imagina irse del escenario con un truco sin finalizar en un momento sin un clímax en especial. Pero de nuevo, la audiencia pensaba que era genial, aunque yo sentía que me faltaba algo.

B) Si actúas mucho en una noche, tu mazo se reducirá de manera asombrosa entre la carta que pierdes al terminar con cada grupo de espectadores además de las que se pierden con los trucos de las cartas firmadas y afines. Por lo que si un espectador te trae una carta y no tienes un duplicado en el mazo porque ya lo has perdido… mejor que tengas un plan B.

C) Inevitablemente, las cartas ocasionalmente volverán a tí en condiciones no exactamente prístinas, porque como se sabe, al igual que los condones, la billetera no es el mejor para guardarlas.

Yyyyyyyy algunas soluciones a estos problemas:

a) deshazte del proceso de selección lo antes posible. De hecho, asumiendo que ya has realizado dos trucos en el cual se elige una carta, te sugiero tener a tres personas para elegir una carta. Que la primer persona reemplace su carta y proceda a hacer el primer truco. Que la segunda persona reemplace su carta en el mazo, y de nuevo, complete el truco planeado. Y el tercer espectador será con el que hagas la extensión definitiva de la rutina.

Si tu acto de cierre no es usualmente un truco de cartas (cómo te atreves?), realízalo luego de que la carta del segundo espectador haya sido revelada en toda su gloria. Simplemente dí al tercer espectador: «Volveremos con tu carta en un momento», y arremete con tu final usual. Lugo dí: «Bueno bueno, volveremos con tu carta muuuucho después…» y continúas con la idea del final.

b) Sería una sugerencia fácil tener un mazo nuevo a mano para suplantar las cartas faltantes. Pero, si vas a tener un segundo mazo debería ser uno de un solo lado forzado. De esta manera puedes mantener el resto del mazo intacto y sólo reemplazar la carta forzada cada vez. Esto mantiene las cosas limpias, lindas y predecibles.

c) Si la carta se deforma levemente, es simple usarlo a tu favor. Si la carta está muy estropeada, podría ser parte del truco, por ejemplo, devolverla al estado original. Tener un plan para estas situaciones es, en definitiva, una buena idea.

Así que consideren esta idea como un borrador. Rehusarse a un final estándar es muy liberador y recomiendo hacerlo al menos una vez. Es un hecho que es mucho más apropiado usarlo en un show que se hace de manera regular (reataurantes, escuelas, etc.), pero de todas maneras, no descartes usarlo para un gran show también.

Los dejaré con una ideas más junto a unas líneas similares para usar (no las he usado a todas):

-Como si fuese una idea espontánea, antes de irte dices que «para hacer la carta mas fácil de llevar» la cortas en cuatro pedazos. Cuando el espectador vuelve con los cuatro pedazos, lo restauras en una carta entera, pero con las arrugas de los dobleces todavía en ellas y le ofreces volver de nuevo, al tercer encuentro, le restauras la carta por una nueva intacta.

-Haz que un espectador elija una carta del mazo al comienzo del set, y déjala boca arriba en una mesa hasta el final del show. En este punto, da vuelta la carta para mostrar una escritura en el dorso de la misma que diga «Continuará». No sólo es un efecto mágico menor, sino que, al estar firmada, ayuda a remarcar la confianza que cualquier truco hecho con ésa carta podrá ser verificado porque «es una carta única, no hay otra carta con esa escritura».

-Si tienes un intermediario úsalo. ÚSALO!

-En vez de dejarles elegir una carta y llevársela, puedes hacer que la devuelvan al mazo. Así siempre tendrás el mazo completo. En esta situación entonces, se requiere que la persona recuerde la carta todo el tiempo hasta la próxima vez que venga al show. ¿Qué? Dices que si un espectador no puede recordar a veces su carta por 30 segundos cómo se supone que va a recordar la carta por 30 días o 30 años? Tienes razón, así que puedes aprovechar la situación y darle tu tarjeta personal para que escriba la carta y de paso tenga tu número para contratarte. Como la carta que elija la persona siempre será la misma, puedes de paso, practicar un poco de lectura mental cuando esa persona llame y adivinar el número que está en la tarjeta. Cling caja!

Y recuerda, estas son sólo algunas ideas para usar en la selección de cartas para seguir con la fiesta. Sólo imagina cuánta intriga puedes despertar usando otras situaciones. Te garantizo que te estarán llamando rápidamente si usas la técnica del «Continuará».

Tyler Wilson (tywilson@shaw.ca)

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