Sobre el timing y el ritmo en la magia

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El timing es un Principio Básico en Magia, que consiste en hacer cada movimiento en el momento oportuno, con la intensidad e importancia oportuna, y con un ritmo que de alguna forma venga marcado por el tempo utilizado para realizar una secuencia de acciones y gestos.

Por ejemplo, en “Cruce de miradas» de Juan Tamariz, las acciones de la cabeza deben funcionar relacionadas con los movimientos de las manos y eso es “timing«, pero hoy quiero hablar del »timing»» de toda la performance. De cómo el tiempo de cada acción puede interferir en el timing de toda la presentación.

Como ejemplo, hablemos de la rutina “». En algún punto de la rutina el mago enseña una carta firmada en el de la baraja, en seguida voltea la carta y la pierde en la baraja, después chasquea los dedos sobre la carta y la revela, esa entonces será la carta firmada que por magia, volvió al top después de mezclada con la baraja.

El juego todos lo conocemos, pero cuando realizas esa rutina, ¿tienes en cuenta cuánto tiempo llevas entre voltear la carta firmada boca abajo hasta cuando la mezclas en la baraja? ¿Y sabes si ese espacio de tiempo es más largo o más corto que el tiempo total entre que la carta es mezclada en la baraja y revelada después en el topo? ¿Esas preguntas tienen alguna relevancia? Yo creo que para el buen profesional la respuesta es sí.

Es necesario tener eso en cuenta y estar atento al tiempo de tus movimientos, hablo de los responsables para que el efecto ocurra, respetando siempre el mismo espacio de tiempo.

En otras palabras, mantener el ritmo en el desarrollo de los juegos.

Pero eso no quiere decir que tienes que trabajar con un cronometro y estar siempre contando los minutos de tu espectáculo. Tampoco que no puedes romper alguna vez el ritmo de tu presentación, la rutina debe tener un espacio para respirar también que encaja bastante bien en el final de cada efecto.

En el libro The Alchemical Tools del mentalista Paul Brook hay una» anécdota» bastante interesante acerca de una experiencia suya con un estudiante que no entendía el concepto de timing.

La» anécdota» cuenta que el mago aprendiz» decidió» que ya estaba suficientemente preparado para seguir su camino sin mas consejos, y resuelve hacerlo. Pero pronto vuelve con la cola entre las piernas por apenas lograr ser llamado para algunas presentaciones sin éxito, y pide la ayuda del maestro para descubrir que estaba haciendo errado. Paul, le recibe una vez más y acepta ayudarlo a descubrir porqué la audiencia no estaba a gusto y nunca lo recomendaba.

Paul le invito a un» desafió:

Paul tenia apuntada una función privada dividida en tres secciones y aprovecho la oportunidad para invitar al estudiante a presentarse en una de ellas. En el final de la segunda presentación,» habría» una votación de la audiencia para elegir a quien les gustaría ver en la tercera» sección. En seguida preguntarían a la audiencia el porqué de la decisión.

Bastante seguro de sus habilidades, el estudiante acepto al desafío. Así que en el día, después de las dos rutinas, como ya todos se imaginan, la votación eligió al maestro. Y la justificativa» unánime» de la audiencia fue que, mientras el mago principiante les hizo una gran cantidad de trucos seguidos y rápidos sin darles tiempo de apreciar a cada uno, el maestro les presento una sola rutina con suficiente tiempo para hacerles sentir que realmente estaba dentro de sus cabezas, haciendo crecer el suspenso a cada minuto.

Es claro que en un truco bien presentado vale mucho más que cinco mal hechos, y el ritmo indudablemente tiene mucha importancia en la presentación. Además normalmente es uno de los aspectos mas descuidados al principio de nuestras aventuras» mágicas.

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