Dai Vernon: “El Profesor”

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Traducción de un artículo escrito por el mago Steve Dacri (www.stevedacri.com)

Davis Frederick Wingfield Verner nació en Ottawa, Ontario, Canadá, en junio de 1894 y vivió hasta 1992. Considerado por la mayoría de los magos como la persona con mejor «sleight of hand», era también conocido por sus congéneres como «el profesor»; era un showman impecable, inventor y maestro. Era, y estoy orgulloso de decirlo, mi maestro, consejero y, sobre todo, mi amigo.

También fue conocido como el único hombre que pudo engañar a Houdini.

De niño conoció y fue influenciado por la leyenda de la magia Nate Leipzig y Max Malini, sus ídolos. Fue un estudiante en el colegio de Asbury y en el colegio militar de Canadá, donde era extremadamente activo en los deportes e incluso llegó a ser el capitán del equipo de hockey. Fue durante este tiempo que comenzó a realizar shows de magia, desarrollando su estilo único, que estaba obviamente influenciado por Malini y Leipzig. Fue ahí cuando decidió lanzar su carrera en la magia, y se mudó a Nueva York.

El sobrenombre de «Dai Vernon» lo contrajo en parte por un error tipográfico en un diario neoyorquino donde tipearon «Dai» en vez de «David» y «Vernon» vino del famoso bailarín Vernon Castle, quien con su esposa fue bailarín en la década del ”˜20. Mientras estaba en Nueva York, su nombre Vernon fue propagado ya que a los neoyorquinos les costaba mucho pronunciarlo. Vernon fue, sin lugar a dudas, el mago más influyente del siglo veinte. Algunos se atreven a decir que fue el artista de mejor «sleight of hand» que haya vivido. Los afortunados que pudieron verlo íntimamente, como yo, acordamos ciegamente.

Cuando llegó por primera vez a Nueva York, muchos de los magos lo desacreditaban como «sólo un niño haciendo truquitos».

El trabajo nunca fue crucial para Vernon. En la peor de las ruinas no se sintió amargado y pensaba que todo iba a venir en su debido momento. «Si persigues fama o fortuna, ambos te esquivarán. La gente me pregunta cómo hago publicidad. Les digo que lo que hago es tratar de eludirla. No me va a hacer ningún bien. No la puedo usar porque no estoy en el ”˜show business”™. Nunca fui a una agencia de representantes por ejemplo». Vernon, quien fue considerado el experto más evolucionado y habilidoso del mundo, sobrevivió muchos años cortando siluetas en Atlantic City, Miami, Chicago y Denver. Era un talentoso cortador de siluetas.

Fue en Atlantic City donde Vernon conoció a Frances Rockefeller King, una agente que conseguía shows para fiestas privadas. Vernon iba de vez en cuando a hacer algún acto de magia o a cortar siluetas. Una de las veces que Frances llamó a Vernon para un show, Vernon declinó la invitación, prefiriendo cortar siluetas, ir a nadar, o simplemente divertirse junto a la pileta. Lugo supo que lo que Frances quería era que Vernon actuara frente a la princesa de Gales que visitaba Long Island. «Siempre me arrepentí de eso» dijo. «La vida es tan graciosa».

Fue durante un viaje a Chicago que un incidente tomó dimensiones legendarias en la vida de Dai Vernon y otra leyenda, Harry Houdini. Houdini se jactaba de no poder ser «engañado» por ningún mago que realizara un truco, la única condición era que lo hiciese tres veces. En Chicago, en 1919, Dai aceptó el desafío. Dai hizo su famoso «ambitious card» ocho veces, y Harry no pudo dilucidar cómo fue hecho. A partir de ese momento usó el slogan «el hombre que engañó a Houdini» como publicidad en las décadas del ”˜20 y del ”˜30. Bess, la esposa de Houdini, llegó a contar que Houdini estaba muy molesto con el hecho de no poder descifrar el truco y estuvo toda una noche tratando de hacerlo.

A través de los años, Vernon visitaba a Houdini cuando iba a Chicago y mantenían discusiones bastante subidas de tono. Dai «insultaba» a Houdini diciendo que pensaba que él no era un mago tan grande, en realidad era un gran promotor de sí mismo, Houdini odiaba escuchar eso.

Vernon mejoró los trucos conocidos de la época y creó muchos nuevos. Fue amigo de magos de la talla de T. Nelson Downs, Allan Shaw, Max Malini, Nate Leipzig, Charlie Miller, y Houdini para nombrar sólo a algunos.

Su mente clínica fue responsable de varias rutinas clásicas usadas hoy en día. Instauró nuevos estándares, y elevó el arte a puntos no alcanzados por ninguno de sus predecesores. Fue probablemente la persona que más contribuyó al arte del close-up. Sin embargo, era una persona modesta bendecida con un encanto indescriptible. Fue un caballero y amado por todos.

Era muy poco probable escuchar a Vernon decir algo poco feliz sobre nadie, excepto los casos aislados hacia Houdini detallados más arriba. Incluso si la persona lo despreciaba, él siempre encontraba algo positivo para decir sobre ella. Tenía la rara habilidad de dotar a cualquiera que lo acompañara de un renovado entusiasmo por la magia. Había sólo una persona de la cual hablaba negativamente y era Harry Houdini.
No tenía tolerancia por la magia presentada pobremente. En sus últimos años, criticaba abiertamente a los malos magos, a menudo diciéndoles que debían elevar la magia para bien del mundo.

La magia era lo más importante de la vida de Vernon. «Si quieres ser un artista», decía, «debes dedicar tu vida a ello. El ajedrez, la música, cualquier cosa. Luego de que llegas alto, te das cuenta de que si quieres ser realmente un grande, tienes que dejar todo lo demás, tienes que dedicar tu vida a tu arte.» Es ese “arte de Vernon» en su magia lo que hace delirar a los expertos. Vernon fue conocido por tomar cualquier truco sencillo y transformarlo en una obra maestra. Cualquier truco que hacía se transformaba en un truco propio.
Estaba en contra de todas las formas floridas y complicadas. Prefería lo natural y la simplicidad. Le gustaba decir que necesitabas desembarazarte de todos los movimientos innecesarios, de manera que quedes solo con la magia.

“Algunos copian», decía Vernon. “Ven a alguien haciendo un truco y lo copian. Yo hago mi propia versión. No es bueno copiar porque cuando una persona crea algo, aunque sea malo es su propia creación. Lo interpretará mejor que cualquier imitador, porque alguien que copia no conoce el razonamiento, no conoce lo que está detrás del efecto. No conoce qué sentimiento hay y, por lo tanto, no pone ningún sentimiento en él. Eso que tiene que haber en toda obra de arte: sentimiento».

A mediados de los ”™60 Vernon dejó la Costa Este y fue a California a visitar a Jay Ose quien había estado trabajando en el Castillo Mágico en Hollywood ayudando a sus fundadores, Bill Larsen y Milt Larsen. A Vernon le gustó tanto que nunca se fue. Se mudó a un departamento que quedaba a una distancia que podía caminar y pasó cada tarde en el Castillo.

Muchos jóvenes artistas lo siguieron. Aceptó pocos alumnos, pero los magos querían estar cerca de él para charlar y verlo trabajar. Su amabilidad y sinceridad guiaron a la gente así como su arte demandaba respeto. El amigo de Dai, Garrick Spencer, le dio el título de “el profesor». A Dai no le gustaba mucho, pero Garrick continuó llamándolo así y entonces se le pegó el apodo. La voluntad de Dai de compartir sus experiencias con los demás fue probablemente lo que sugirió ese apodo. Sus estudiantes, aunque pocos, son prestigiosos por derecho propio, lo que habla mucho del talento de Vernon como artista y también como instructor: Ricky Jay, Bruce Cervon, Steve Dacri, David Roth, Michael Ammar, Michael Skinner, y Larry Jennings, todos ellos estudiaron con “el profesor».

Vernon vivió de acuerdo con sus hábitos, levantándose tarde cada día y quedándose despierto hasta tarde en la noche. También practicó piano. “Por un tiempo pensé que haría un acto con un piano. Es muy duro terminar un acto de magia. Una rutina de danza puede derivar en un montón de patadas altas y saltos, pero para un mago es duro trabajar un final. Pensé para mí mismo: ”˜Qué gran final. Primero haré magia y luego tocaré el piano”™. Todavía pienso que es una buena idea, una buena forma de terminar un acto de magia».

A finales de los ”™70 sugerí a Vernon que podría realizar una gira de conferencias. El no creía que nadie quisiera verlo a su edad avanzada. Joe Cossari, conocido profesionalmente como “el rey de los naipes», me ayudó a convencer a Dai de que la gente definitivamente querría verlo actuar.

Una noche, cuando llegué al Castillo, Joe me empujó a un costado y me dijo: “Ven arriba, a la biblioteca, Vernon quiere verte.» Estaba muy excitado. Me preguntaba qué había pasado. Subí las escaleras arriba de todo del Castillo, donde originalmente estaba la biblioteca. Dai me sentó y me dijo: “Ok, voy a tomar tu consejo y voy hacer una última gira.» Yo estaba extasiado. Sabía que este iba a ser un momento célebre.
Hice los arreglos para las primeras dos clases: la primera en mi ciudad, en Worcester, Massachussets. La segunda fue en Boston. Ambas se agotaron completamente, como cada una de las paradas de la gira.

Las conferencias fueron legendarias. Dai se encendía por más de 3 horas actuando, explicando y contestando pacientemente preguntas. Estaba en buena forma, demostrando las tazas, los anillos y los efectos de la carta y moneda sin fin. Fue realmente una experiencia única en la vida para todos aquellos que fuimos lo bastante afortunados para estar allí.

Dai dejó este mundo a la edad de 98 años en San Diego, California, en 1992.

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