Robert Houdin: El mago que paró una rebelión

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En Algiers (actual Algeria), dos años después de que comenzara su carrera como mago, el jefe de la rebelión árabe Abd del Kader se rindió a los franceses. Pero los nativos de Kabyles, liderados por un sacerdote mahometano, continuaron la guerra contra las autoridades francesas. Muchos de estos líderes, particularmente un grupo llamado Marabouts, se jactaban de ser invencibles y de tener poderes sobrenaturales. Los árabes los trataban como enviados de Dios en la tierra para salvarlos de la opresión de los Roumi (cristianos).

En 1856, la oficina de asuntos exteriores de Francia le pidió a Robert Houdin que viajara a Algiers e hiciera una presentación especial que ridiculizara a los líderes árabes. Houdin se sintió honrado ante la posibilidad de servir a su país y llevó sus trucos más sorprendentes para la ocasión, donde asistieron los jefes árabes y los líderes religiosos rebeldes. Houdin sacó balas de cañón de su sombrero, hizo crecer ramos de flores ante los ojos de su audiencia y realizó otros trucos espectaculares, pero había preparado tres trucos especiales que asombrarían al público.

Houdin llevó al escenario una caja de madera muy liviana con manijas metálicas, estaba hecha de una madera tan liviana que hasta un niño la podía levantar, pero Houdin retó a los presentes diciendo que ni siquiera el más fornido de los árabes tendría la fuerza necesaria para levantar la caja.

Un confiado y fornido árabe aceptó el desafío. Houdin hizo unos pases mágicos y dijo las palabras mágicas (que era «débil» en árabe) y le indicó al voluntario que podía ya levantar la caja. Todavía confiado y a pesar de las palabras del mago, el intentó infructuosamente levantar la caja, se frustró tanto que arremetió de nuevo con furia, pero la caja ni siquiera se movía, En un tercer intento, el público pudo ver cómo el voluntario se sacudía con fuerza hasta caer al piso, luego se ruborizó y huyó rápidamente. Aunque el público lo desconocía, la caja contenía una placa metálica en el fondo y al presionar un botón se accionaba un electroimán en el piso que al hacer contacto con la placa de metal hacía imposible levantar la caja, pero al ser desconectado el magneto, la caja podía ser levantada fácilmente. Las contracciones musculares del voluntario se debían a choques eléctricos breves que le llegaban a través de las manijas de metal.

El siguiente truco fue pensado para desacreditar totalmente a los Marabouts. Uno de sus trucos de invencibilidad involucraba un arma preparada para no disparar y así dar la impresión de que las balas no podían dañar a Houdin. Al pedir un voluntario para «matar a Houdin» uno de los presentes se avalanzó al escenario, tomó el arma trucada y disparó repetidamente al mago gritando «Te mataré!!» (después se supo que el voluntario realmente no bromeaba en lo que decía y quería matar al mago). Luego le hizo inspeccionar el arma para que vea que no estaba trucada, tomó una bala y la hizo marcar con un cuchillo, Houdin se colocó una manzana en su cabeza y dijo al voluntario que le disparara, el arma se diparó y la manzana voló por los aires. Al extraer la bala el público pudo comprobar que era el arma marcada anteriormente.

El último acto de Houdin necesitaba de un tercer voluntario. Un moro fue persuadido para subir al escenario y se lo colocó solo en el medio del escenario. Luego Houdin y su secretaria lo cubrieron con un cono de tela. Al llevar al moro cubierto al frente del escenario y develar el cono de tela, el público pudo ver que el cono estaba vacío, el moro había desaparecido, los camaradas quedaron atónitos, entraron en pánico y huyeron despavoridos. A la mañana siguiente Houdin repitió el acto con el mismo resultado. Luego de las presentaciones, los intérpretes que trabajaban con los árabes fueron instruidos para decirles a los mismos que lo de Houdin estaba basado en la destreza y no en poderes sobrenaturales, los líderes de la rebelión cayeron en un total descrédito.
El gobierno francés sintió que realmente Houdin había evitado una posible rebelión; le ofrecieron 10.000 francos como recompensa por sus servicios, pero el declinó la oferta debido a que pensaba que lo que había hecho lo hizo para servir a su país.

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