No digas “truco” (de magia).

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Quien no ha oído alguna vez a alguien regañar a otra persona, normalmente iniciado, por referirse a un juego con la palabra “truco»?

Es verdad que es una palabra muy extendida entre los profanos así como también en algunos países.
La mayoría de personas se refieren a la magia como “truco» no por el significado intrínseco que encierra la palabra, si no, porque no saben llamarlo de otra forma.
No obstante, existe una diferencia entre “truco» y “magia».

El diccionario de la Real Academia Española define “truco» como:
-de las mañas o habilidades que se adquieren en el ejercicio de un arte, oficio o profesión
-Ardid o trampa que se utiliza para el logro de un fin.
-Ardid o artificio para producir determinados efectos en el ilusionismo, en la fotografía, en la cinematografía, etc.

Es decir, la palabra “truco» revela que hay por medio un trabajo manual por parte del mago; que los efectos no suceden de forma inexplicable, si no porque el mago trabaja, manipula, distrae y se vale de sus artimañas para crear una trampa, un engaño.

“Magia» se define como:
-Arte o ciencia oculta con que se pretende producir, valiéndose de ciertos actos o palabras, o con la intervención de seres imaginables, resultados contrarios a las leyes naturales.
-Encanto, hechizo o atractivo de alguien o algo.
-La que por medios naturales obra efectos que parecen sobrenaturales

“Magia» no hace mención a una habilidad por parte del mago para poder conseguir los efectos, son los gestos mágicos los que consiguen que las cosas actúen de forma inimaginable consiguiendo romper todas las leyes de la realidad.

Mago es quien consigue hacer magia con su juego:
-El espectador es incapaz de dar una explicación científica a lo que esta viendo. Su cerebro racional ha de quedar a merced de su cerebro sentimental: aquel que sueña, confía, cree y se deja llevar por lo que esta viviendo llegando incluso a conmoverse.
Que piense que todo lo que ocurre sólo puede llegar a hacerse por arte de “magia», por eso no pregunta “como lo has hecho» porque cree fielmente que el mago no ha tenido nada que ver en cuanto a habilidad, si no, que son sus palabras las que toman potestad sobre las cosas y logran controlarlas, es su cualidad, de esta forma él, por ser mago, es el único capaz de: hacer levitar un objeto, o encontrar una carta pensada.
-Debido a ese pico intenso de la curva dramática el espectador manifiesta un sentimiento y más si se ve involucrado durante el juego y logran despertar vivencias pasadas.

Algunas personas privilegiadas experimentan ser mago con cada juego que realizan, otras en cambio alcanzan este fin de forma inconstante, pero cuando se consigue es una verdadera satisfacción.
Lo importante es siempre intentar dirigirnos a el.

La mayoría no empieza en la magia sabiendo estas cosas, pero sí se dan cuenta que su “magia?» es diferente a la de los magos profesionales: “si lo hago “igual», por que no consigo la misma reacción?»
Normalmente echamos la culpa al espectador sin darnos cuenta de nuestros errores:
-Juegos donde la manipulación es evidente por ser excesiva, innecesaria o estar mal ejecutada (aunque el espectador no perciba el fallo).
-No hay un estudio del juego sobre todo en cuanto a las justificaciones de los actos o el entramado de la historia que le dotan de cohesión y coherencia.
-No logramos trasmitir, captar la atención plena del espectador, haciendo que pierda conciencia del tiempo y todo lo que le rodea.
-No hay predisposición del espectador por ver magia ya que no hemos realizado una introducción previa que capte su interés o nos hemos precipitado en realizarlo.
…(etc)

Son estas personas las que emplean la palabra “truco» cada vez que intentan referirse a “juego de magia», a sus ojos son palabras sinónimas y no ven la diferencia entre ambas. Solamente cuando empiezan a estudiar teoría o analizan el significado de “hacer magia»; de pronto en su interior se produce un cambio evolutivo de pensar, sentir y entender; es entonces cuando deciden ellos mismos cambiar su forma de hablar.
Acaban de dar un salto para salir del pozo en el que se encontraban y recién ahora se están encaminando hacia la meta correcta.

Es por eso que creo que la corrección no ha de ser en cuanto a: “no digas “truco», si no que hemos explicar la diferencia entre ambas palabras así como lo que significa lograr que algo sea realmente mágico para que el aficionado cobre conciencia y decida por si mismo cambiar y usar la palabra correcta. Permitiéndole, de esta forma, una meditación que le conduzca a darse cuenta de la diferencia entre hacer un mero truco y realizar algo tan artístico como es la magia.
Si no, lo único que se conseguirá es que cambie su forma de hablar debido a la presión de los demás, pero no debido a un avance individual dentro del campo.

En resumen, el cambio de termino ha de ser:
-por voluntad propia y no por imposición al darse cuenta de lo que implica ser mago y por tanto estar acompañado de una acción, una transformación de la persona que le permitirá seguir avanzando.

Ella

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