La Magia del Cine o la Magia en el Cine?

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El tiempo no es un línea recta, sino como un perfecto cuento donde el final se toca con el principio; el tiempo tiene su circularidad. Sólo que hace falta saber donde tomar el punto del comienzo y el del final de una historia en particular para apreciar este fenómeno…
Desde siempre la magia tuvo relación estrecha con la cinematografía.
Mucha gente sabe que los hermanos Lumiére fueron los creadores del primer film. Pero pocos saben que fue un mago quien realizó la primera película de «ficción». Hasta el momento todo lo filmado era un calco de la realidad, «documentales» le llamaríamos ahora. Pero quien vio el potencial para contar historias «mágicas» que se alejaban de lo «real» fue un mago: Marie Georges Jean Mèliés, nacido en 1861 en París.
También fue él quien tuvo el primer estudio cinematográfico, y quien hizo los primeros efectos especiales.

Todo esto surgió en la primer proyección pública del cinematógrafo, el 28 de diciembre de 1895. Los hermanos Lumiére presentaban su invención al público. Unos 33 privilegiados asistían a la primera función de cine… y entre ellos había un mago, Mèliés, reconocido ilusionista y dueño del teatro Robert Houdin. Mèliés vió en esa corta filmación que mostraba un tren acercándose al público el enorme potencial para contar historias mágicas, cautivadoras. Quiso comprar el invento a los Lumiere, quienes le respondieron que el cinematógrafo podría ser explotado durante algún tiempo como curiosidad científica pero «no tenía ningún porvenir comercial». Eso lo llevó a buscar por su cuenta su propia cámara y proyector, a crear el primer estudio de cine y a filmar la primera historia de ficción: «Escamoteo de una Dama en el Robert Houdin». Quienes quieran conocer la historia al detalle, que es muy rica y realmente vale la pena (incluso contiene la historia que explica cómo Edison fue el primer «pirata» de películas, ya que le «pirateó» una película a Mèliés), pueden leerla haciendo

Parece que la visión de los científicos Lumiére no era tan acertada, y que en cambio la soñadora postura de Mèliés tuvo algo de profético.

Gracias a él ahora apodemos disfrutar en pantalla películas maravillosas acerca de magos, como las recientes The Prestige, The Illusionist y las próximas: «The Great Buck Howard», la historia de un ilusionista en decadencia (John Malkovich) y su asistente (Colin Hanks), «Death DefyingActs», con Harry Houdini (Guy Pearce), en plena gira británica y affair mágico y misterioso con Mary McGregor (Catherine Z. Jones) y una de las más esperadas:
«War Magician»: basada en la historia real de la vida de Jasper Maskelyne, ilusionista británico quien ofreció sus habilidades mágicas para ayudar a combatir al nazismo en la Segunda Guerra Mundial. Se ganó el grado de Jefe del Cuerpo de Ingenieros de Camuflaje del Reino tras convencer al jefe militar Lord Gort haciendo aparecer un buque de guerra alemán en el Támesis mediante un sistema de espejos y modelos a escala. Y luego ayudó a vencer al temible mariscal Rommel haciendo cosas tales como desaparecer el Canal de Suez, cambiar de lugar el puerto de Alejandría y crear un ejército de la nada antes de la decisiva batalla de «El Alamein».

Antes de ello, Maskelyne presentaba su acto de ilusionismo en el «Egyptian Hall», en Londres donde trabó conocimiento con un joven poeta y dibujante francés quien había sido enviado a Inglaterra por sus padres (quienes querían que su hijo se convierta en comerciante) a estudiar inglés. Este joven artista decide, luego de ver las presentaciones de Maskelyne, volcarse de lleno al arte de la magia, hecho que lo llevaría unos años después a comprar el teatro Robert Houdin y a tener muchas y muy largas aventuras. En la lápida de la tumba de este joven puede leerse su nombre: «Georges Mèliés: creador del espectáculo cinematográfico»

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