Los falsos depositos en Bolas de Esponja

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La primera vez que vi una actuación con bolas de esponja, tenía diez años. Fue en el teatro San Martin de Buenos Aires (Argentina), de la mano de un mimo que las incorporó a su show. Nunca supe que esas maravillosas pelotitas eran de esponja hasta que, tras verlas en una tienda, comencé a buscar en el google lugares donde podría comprarlas en Madrid, muchos años después.

El muro más grande que hay que romper, y que limita a los que se inician con las bolas de esponja, impidiéndonos trasmitir y despertar sentimientos y reacciones en nuestro público…, hacer magia, lo construimos nosotros mismo al:

-No creer que tenemos una bola en la mano tras un depósito.
-Excesiva tensión en nuestro cuerpo y brazos cuando la mano (que oculta) señala hacia el puño. Una rigidez que nos domina e incluso se exterioriza al concentrar mayor fuerza.
-Al dudar de haber hecho un falso depósito correctamente en el momento o poco después de hacerlo, o creer que pueden haber sospechas por parte del espectador sobre la dinámica del juego.
-Precipitarnos en los movimientos.
-Apresurarnos en abrir la mano y no concentrar la atención en el puño antes de hacerlo, sobre todo, por el nerviosismo.
-Falta de timing (sincronización, oportunismo y ritmo).
-Miedo/desconfianza que nos domina haciéndonos abandonar el juego antes de terminarlo y darlo por perdido durante el acto mágico.
-Manos groseras que no manipulan con elegancia y delicadeza. Las manos, al igual que la mirada, la entonación, los gestos faciales, el movimiento del tronco y de los pies, comunican y hablan.

Todo esto se supera con practica, esfuerzo, ganando tablas, haciendo que un juego sea algo tuyo, que lo domines, que estés a gusto con él, que disfrutes haciéndolo y creas en el efecto, sabiendo realmente lo que quieres realizar, qué es lo que quieres hacer ver, qué es lo que sucede de manera coherente y por qué sucede, cuál es la justificación mágica así como cuál es tu papel como mago y qué personaje representas según tu personalidad, creando una comunión entre mago, juego y espectador.

Si conseguimos estética, creencia, timing, naturalidad y buenos recursos de presentación, así como una narración que no sea exesivamente descriptiva, cada vez estaremos mas cerca de derribar ese muro, crear un mundo maravilloso donde todo es posible, incluso hacer verdaderamente magia.

Pasos para hacer un falso deposito:

1.El depósito en tu mente nunca debe ser falso, has de creer verdaderamente que tienes una bola en la mano tras realizarlo partiendo de un punto inicial donde el cuerpo está relajado antes de coger la bola de la mesa. Mira esa mano que guarda la bola, levántala a la altura de tus ojos, ciérrarla con un poco de fuerza creando tensión en ese brazo mientras que el otro queda totalmente relajado y realiza una acción en tránsito, acercándote naturalmente a un objeto que se encuentre sobre la mesa (varita mágica, otra bola, bolígrafo, cubilete) para sostenerlo.
En ese momento tu cabeza gira y mira el objeto que ha cogido tu otra mano mientras ésta se acerca al puño cerrado, o se cierra sujetando la bola que acaba de coger de la mesa.
Mira a los espectadores y realiza el gesto mágico que provocará la desaparición de la bola. Mira tu puño y ábrelo lentamente.

En el juego donde aparecen dos bolas en la mano del espectador, cuando sólo tenía una, se refuerza la certeza de «tengo una bola en la mano», si inicialmente se le da una verdaderamente, cierra el puño y lo vuelve a abrir.

Pondré un ejemplo: en este juego se pretende cambiar de color una bola ordenándolo mediante el grito de «vete» de la espectadora, dirigido a las particulas color amarillo de la bola. Pero el grito se produce con tal intensidad que la bola que sujeta el mago en su puño derecho se volatiliza, y se refugia en el puño de la espectadora, hayándose en compañia de la bola que guardaba allí.

«Hoy haremos magia con pelotitas, bonitas, pequeñitas y suavecitas… Es que se acaban de bañar…¡Mmm, huelen bien!»
“Te voy a demostar el poder de la palabra. ¿Sabes deletrear?» (Sí) “Bueno, da igual, porque no hace falta (coje una de las dos bolas de la mesa con tu mano derecha para ponerla en la izquierda, que se cierra, recoje la otra y dásela a la espectadora para que la guarde en su puño)». “Por favor, préstame tu mano… Mmm, veo que tu tambien te bañas (observando su palma con detenimiento)». “Bien, me gustaría que sujetaras fuertemente esto: emm, si, no, bueno, más fuerte, un poco más… ¡que la rompes!» (Pasa la bola de tu mano izquierda a la derecha que se cierra en un puño y levanta ésta a la altura de la mano de la espectadora).
“Sra. deletreante me podria decir de qué color es la bola que guarda en su puño?» (Pensara un poco, no dejes que conteste…) “No, no”¦ (abre tu mano y deja caer la bola en la mesa, ella tambien abrira la suya), ”¦has de ser rápida, las palabras son como cuchillos, largos y afilados, hirientes, como flechas directas, no debes dudar: A-MA-RI-LLO (deletrea el color de la bola)». “Repite conmigo: A-MA-RI-LLO (ella repite)». “¡¡Muy bien!!» (Relaja el cuerpo y mírala sonriendo. Ahora las dos bolas se encuentran sobre la mesa.)

2.Contaremos tiempos (ejercicio a partir de dos bolas en la mesa):

0: Cuerpo relajado, en posición natural con las manos apoyadas en la mesa, con la espalda apoyada en el respaldo de la silla, mirando al público.
1: En esa misma posición mira la bola que tienes a tu derecha sobre la mesa.
2: La mano derecha se acerca empujada por el cuerpo, y la coge con las yemas del pulgar e índice.
3: La mano derecha se va elevando a medida que la muñeca gira en el sentido de las agujas del relój situando la bola a la altura de los ojos, la espalda ahora ya no se apoya en el respaldo de la silla, si no que está erecta.
4: Gira la cabeza y mira al público.

Si realizamos el falso depósito de Dai Vernon (contando tiempos), al separar ambas manos tendremos pinzada la bola (bola A)entre el índice y el dedo medio de la mano derecha, de manera que al tomar la bola que queda en la mesa (bola haremos una cortina con los dedos extendidos de la derecha (que muestra el dorso al público, teniendo la muñeca flexionada) cubriendo el acercamiento de ambas bolas, y la unión de las mismas mediante el pulgar situado detrás de la bola B (el pulgar por tanto no se ve). Al ir levantándose la mano, el dedo pulgar se desliza un poco en dirección a la punta de los dedos, mientras la muñeca se pone recta con relación a la mano y el antebrazo, de forma que se muestre parte de la bola A, dando asi la impresión de que es la bola que se ha recogido de la mesa (bola .
Todo esto dentro de la acción de «tomar la bola de la mesa», por tanto el movimiento de muñeca es importante, asi como tambien la apertura previa a coger la bola que se produce cuando la mano se acerca a ella, ya que nuestro cerebro controla nuestros movimientos definiéndolos. Es decir, si vamos a coger un objeto grande, la mano al acercarse se abre más que cuando vamos a coger uno pequeño, donde normalmente solo actuan dos dedos, y a la vez, segun las magnitudes de los objetos pequeños los dedos se separan más o menos antes de recogerlo a modo de pinza. Al igual que estando a una corta distancia del objeto, al acercarse va modulando la apertura, cerrándose progresivamente hasta contactar con él.
Esto pasa siempre y lo hacemos sin percatarnos de ello, pero a veces en un acto mágico esto no lo realizamos porque concentramos demasiada tensión en la mano derecha, normalmente moviéndola en un puño rígido cerrado, o, si es tanto nuestro afan por indicar que esta vacía, moviéndola abierta como una tabla por lo que parece más un movimiento de karate.

Entonces tenemos dos movimientos:

Uno que refleja la intención: «voy a tomar la bola de la mesa», que consiste en el desplazamiento de la mano hacia la bola.
Otro que refleja la acción: «tomar la bola de la mesa», que consiste en coger el objeto (abrir paraguas-carpa-cerrar paraguas): extendiendo los dedos (índice, medio, anular y meñique, juntos) de la mano (la bola esta pinzada entre índice y medio), se abre el paraguas y la mano desciende creando una carpa (con el pulgar extendido hacia atrás), creando una cortina, y se acercan los dedos al pulgar y éste a ellos (cerrando el paraguas).

Cuando realices falsos depósitos cuenta los tiempo a partir del punto de partida que es cuando estas relajado, atendiendo sobre todo los siguientes momentos (si hacemos f.d en mano izquierda) de:
– Acercamiento de mano derecha a izquierda y distancia.
– Momento en que la bola contacta con la palma de la mano izquierda.
– Se van cerrando los dedos de la mano izquierda (¿que hace la derecha?)
– Se han cerrado los dedos de la mano izquierda y la derecha se aleja.

Haremos un ejercicio contando tiempos para un falso depósito a la italiana a partir del «tiempo cuatro»:

0: 4
1: Estás mirando al público, colocas la bola entre los dedos medio e índice sin hacer énfasis en esto, es decir, nadie tiene por qué ser consciente de esta acción. Esto se hace contactando el dedo medio con la horca del pulgar (que está sujetando la bola con el índice), se extiende de nuevo, y la bola pivota entre él y el dedo índice dejando de estar en contacto con el pulgar, y la mano se muestra abierta palma arriba. Gira la cabeza a la derecha y mira la bola.
2: Ahora estás mirando al público y tienes ambas manos con las palmas en contacto.

Entre el punto uno y dos hay acciones que se realizan en fracciones de segundo.

– Tenemos la cabeza girada a la derecha mirando la bola que esta sujeta entre el índice y dedo medio palma arriba.
-Giramos la cabeza hacia el público (de frente), al mismo tiempo (mientras la cabeza se mueve) que:
– La mano derecha gira en sentido contrario a las agujas del relój a medida que avanza hacia la izquierda hasta colocarse en la misma línea que se encuentra el hombro derecho, entonces se flexionan los dedos colocando la bola en la horca del pulgar.
– Al mismo tiempo la mano izquierda que está apoyada en la mesa, gira tambien en sentido contrario a las agujas del relój a medida que se desplaza hacia la izquierda.
– Mientras la mano derecha se desplaza hacia la mano izquierda, a la altura del hombro derecho, el índice y medio dejan la bola en el empalme a la italiana y se van extendiendo.
– La mano izquierda ahora se encuentra casi palma hacia arriba, mostrándose vacía y cuando termina su giro (quedando completamente en posición supina), ambas manos contactan, mano derecha por encima (como si aplaudiéramos, con las manos en cruz), y es en ese momento cuando la cabeza ha terminado de moverse y se queda mirando al frente.

3: Gira la cabeza hacia la izquierda, la mano izquierda se cierra mientras la derecha se aleja, de forma que tus ojos miren fijamente al puño izquierdo cuando ya esta cerrado.

Si la mano derecha se está desplazando para coger otra bola de la mesa, no hay que cometer el error de moverse con la mano cerrada en puño, ni completamente extendida, sino relajada y natural (abierta).
Se podria hacer el movimiento de abrir paraguas-carpa-cerrar paraguas, descrito anteriormente, pero en vez de tener la bola pinzada, con la bola empalmada, de forma que ambas bolas no contacten. Entonces cuando el pulgar se desplaza hacia la punta de los dedos, se mantiene la «bola B» verdaderamente sujeta por el índice y pulgar, mientras los demás dedos se flexionan y cubren la «bola A» empalmada, robándola. Incluso se puede mostrar la palma vacía ocultando la bola bajo la cobertura que hacen el meñique, medio y anular flexionados, juntos, al contactar las yemas con el comienzo de los mismos (base de la falange proxima).

«Ella»

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